Cómo es la vida en los cielos: Entre bastidores con una azafata colombiana

American Airlines resalta la destacada carrera de Silvia Volpi, una auxiliar de vuelo colombiana con tres décadas de experiencia, cuya dedicación, resiliencia y conexión humana han sido fundamentales para mantener los altos estándares de la industria.

Un viaje que despegó

Hace treinta y dos años, Silvia destacó entre 300 candidatos gracias a su fluidez en tres idiomas, su empatía y su pasión por los viajes. Tras una rigurosa formación en la sede de la aerolínea en Dallas/Fort Worth, Texas (DFW), comenzó su carrera el 1 de mayo de 1993.

Los tripulantes de cabina son el corazón y el alma del servicio a bordo. Para Silvia, su función es proporcionar una atención excepcional a los pasajeros y garantizar la seguridad a bordo. “Cada vez que me pongo el uniforme de American Airlines, recuerdo que elegí una profesión que me ha permitido conectar con personas de todo el mundo y marcar una diferencia en sus vidas”, afirma. 

Aceptando el cambio en los cielos

A lo largo de su carrera, Silvia ha sido testigo del crecimiento y la evolución de la aerolínea, que ha ampliado su red y reforzado la fiabilidad operativa, sin dejar de lado su compromiso inquebrantable con la seguridad. La formación continua y la resiliencia son algunos de los elementos que destaca en el sector de la aviación. “Cada año recibimos cursos para actualizarnos y conocer los requisitos de los nuevos modelos de aviones, los requisitos de seguridad y las tendencias en el servicio al cliente”, afirma.

Como sobrecargo, Silvia ha formado a nuevas generaciones de tripulantes de cabina. “Somos muy cercanos. Nos conocemos tan bien que, con más de 30 años de servicio, nos hemos convertido en una familia”, comparte con una sonrisa.

Retribuir a la comunidad

El compromiso de Silvia va más allá del servicio a los pasajeros. Ha participado como voluntaria en el programa Change for Good, recaudando fondos a bordo para niños en situaciones vulnerables en colaboración con UNICEF. “Estas experiencias han ampliado mi perspectiva y espero haber contribuido a un mundo mejor”, Silvia. 

Treinta y dos años después de su primer vuelo, Silvia Volpi no solo ha construido una carrera, sino que también ha hecho del cielo su segundo hogar. Cada vuelo ha sido una oportunidad para conectar y escuchar, proporcionando un servicio inigualable y marcando la diferencia, cliente a cliente.

Prensa American Airlines

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